Desde niña me han llevado a circos, cuando llegaba uno a la ciudad me deslumbraban sus espectáculos y los animales gigantes que podía observan.
¡Salía feliz después de cada función!
Pasaron los años y deje de salir con mis padres ya que tenía otros intereses, en el verano que cumplí 14 años llegó otro circo a la ciudad y una amiga me invitó a verlo. Llegamos, nos acomodamos y salio una elefanta, se veía grande pero esta vez pude notar que en sus ojos no había felicidad y me di cuenta que sufría, vi cómo la pinchaban con un palo largo que en su extremo tenia algo punsante.
¡Esto no está bien!
Entendí que no es normal que un animal haga piruetas cuando se lo ordenan, paseando a personas sobre su lomo o que vistiera ropas. No me pareció correcto que luego del espectáculo lo encierren en una jaula y que ese sea su hogar, un espacio reducido en donde coma, duerma y defeque.
Luego pusieron una jaula en la cual habían un par de leones y un domador con un látigo los obligaba a abrir la boca para introducir su cabeza en ella, ahí también pude ver la expresión de tristeza de esos animales y en mi mente comenzaron a viajar imágenes de esos leones corriendo en la selva ¡libres! como debiera ser... Volví de mis sueños y observé como la gente se reía y disfrutaba el espectáculo, yo no pude soportarlo mas, salí llorando de aquel lugar al que juré nunca mas regresar...
Luego pusieron una jaula en la cual habían un par de leones y un domador con un látigo los obligaba a abrir la boca para introducir su cabeza en ella, ahí también pude ver la expresión de tristeza de esos animales y en mi mente comenzaron a viajar imágenes de esos leones corriendo en la selva ¡libres! como debiera ser... Volví de mis sueños y observé como la gente se reía y disfrutaba el espectáculo, yo no pude soportarlo mas, salí llorando de aquel lugar al que juré nunca mas regresar...
¡¡SI A LOS CIRCOS, PERO SIN ANIMALES!!
escrito por Beterraga R.
escrito por Beterraga R.
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